Sí, soy así de original. Hace un frío que pela y me pongo veraniega. Creo que me niego a aceptar la realidad, pero si sois más normalitos que yo os guardáis la receta para verano, que está muy rica.
Ingredientes:
Pasta de verduras para dos (poned una ración pequeña, que es un plato contundente)
6 cucharadas de garbanzos cocidos
2 cucharadas de maiz
3 dátiles
1/2 manzana golden
1/2 pimiento rojo
nueces picadas al gusto
1 cucharada de aceite de oliva
2 cucharadas de vinagre de módena
Preparación:
Cocemos la pasta al dente y la dejamos enfriar. Mientras tanto, cortamos en trozos el pimiento y dos de los dátiles. Utilizamos el tercer dátil para hacer una vinagreta triturándolo en la batidora con el aceite y el vinagre. Cortamos la manzana justo antes de servir y mezclamos todos los ingredientes en un bol. Regar con la vinagreta y listo.
Iba a poner copian, pero no, roban. Con más morro que espalda. A la
mayoría de los blogueros, con que nos citen y nos enlacen nos es más que
suficiente (para eso está la licencia CC) pero las cosas se fusilan sin
más. Se tarda poco en copiar una receta, en enlazarla y poner su autor
se tarda menos.
Ya le pasó a nessie con una receta de Chocoginja (en una página con intereses comerciales), a Creativegan con más de ¡50! recetas, a Magari del Delantal Verde o a mí con una página chilena de recetas veganas. Ahora le ha pasado a nuestra vellocinodeoro con su pedazo de blog, aquí tenéis la prueba del delito: http://www.blogvegano.com/postres/ta...o-y-almendras/ (borrando la marca de agua ¡sí señora!)
Así que aquí lo dejo para que al menos ejerzamos nuestro derecho al pataleo.
Carlos, de Vegetal y tal, publicó casi en mi cumpleaños esta pedazo de receta. La tengo pendiente desde entonces y ya me vale, porque sabía que me iba a encantar. Así que aquí os la dejo, con una ligerísima adaptación y la recomendación de que añadáis el blog de Carlos a vuestros favoritos, que bien lo merece.
Ingredientes para 4 personas:
500 g de tomates de gazpacho
250 g de manzanas golden, ya peladas y sin corazón.
1 diente de ajo.
20 g de aceite de oliva (él pone 40)
Sal marina.
Preparación:
Pelamos las
manzanas y les quitamos el corazón, las partimos con los tomates y salamos. Poner en el vaso de la batidora y añadimos también el diente de ajo. Triturar bien. Bajamos la velocidad y vertemos el aceite muy lentamente, sólo un hilillo, para que emulsione.
Dejamos enfriar y reposar en la nevera y listo. Está más rico al día siguiente.
"La diferencia entre un taurino y un
antitaurino está en la mirada.
El primero no ve la sangre ni la
violencia: sólo ve la faena.
El segundo sólo ve la sangre en primer
término y se niega por principio a ir más allá
porque considera que
ningún tipo de belleza o arte
puede estar fundado en esa carnicería
previa."
-Manuel Vicent
Hoy se celebra en Tordesillas (Valladolid) uno de los espectáculos animales más atroces de la geografía española. Para los que no los conozcáis la "fiesta" consiste en que un grupo de "torneantes" se enfrentan a un toro en el campo, le persiguen tanto a caballo como corriendo y le torturan y pican con lanzas hasta la muerte. La agonía final puede durar hasta 20 minutos durante los cuales el animal es alanceado repetidamente. Lo normal, vamos.
Voy a ser clara, y me importa poco lo que opinéis al respecto. Una persona o grupo de personas que ven satisfacción en hacer daño a un ser vivo, disfrutan viendo su sangre y se regodean observándole morir no tienen otro nombre más que psicópatas. Me dan miedo, repugnancia y pena, pero sobre todo lo primero. Los argumentos utilizados son tan variopintos como faltos de base:
1. Es nuestra tradición, lo que nos hace ser nosotros y poder llamarnos España. Lo primero, si eso es ser española, me niego a ser considerada como tal, diga lo que diga el DNI. También es nuestra tradición no dejar a las mujeres votar, echar a judíos y moros de la Península de vez en cuando y quedarse con el dinero público y no por eso lo vamos a mantener. Tradición no es garantía de ética. Además, se menciona a menudo la politización (completamente cierta, lo sé) del espectáculo taurino en términos de independentismo, para eso os dejo un artículo de Quim Monzó que lo explica mucho mejor que yo.
2. De no ser por los festejos taurinos, los toros se extinguirían. Este es uno de mis argumentos favoritos. Resulta que los taurinos son unos simpáticos e incomprendidos animalistas que para preservar la biodiversidad deciden torturar a sus especies ¡albricias! Si el toro necesita ser conservado, lo lógico sería que entrase dentro del sistema de protección de animales en riesgo, no en un ruedo. El lince, el buitre o los osos pardos son protegidos sin necesidad de protagonizar espectáculos sangrientos. Los espectáculos taurinos viven de subvenciones públicas que bien podrían ser utilizadas en el desarrollo de programas de conservación que crean puestos de trabajo mucho más dignos que el de torero o rejoneador.
3. Lo fundamental es la libertad, el que no quiera ir a los toros que no vaya. Bueno, dejad que utilice una viñeta para explicarme:
4. El toro no siente. No pienso rebatir este punto. Si alguien es capaz de pensar que un mamífero, con su médula espinal y su sistema nervioso, no siente, me niego a discutir con él, es una pérdida de tiempo para ambos.
5. Se trata de "medir las fuerzas entre un hombre y un toro de lidia sin despuntar (...)toro y torneante, deben estar en igualdad de condiciones, el toro con
sus defensas naturales, y el torneante, bien a pie o a caballo, provisto
únicamente de una lanza" (Wikipedia) Vamos a empezar por el principio: es una medida de fuerzas completamente innecesaria, el toro debería estar tranquilamente a su pasto y sus vacas y el humano a sus cosas, no hay competencia natural ninguna. En cuanto a la igualdad de condiciones podríamos empezar por la numérica, si alguna vez habéis visto las imágenes del toro de la Vega, habréis podido observar a un toro rodeado de gente, un auténtico linchamiento. Se trata de una lucha terriblemente injusta a la que tenemos que añadir factores como que el humano sabe a lo que va y el toro no y tantos otros.
Aviso: Vídeo con imágenes duras de sufrimiento animal
Pero no todo está perdido. Cada vez más voces se alzan en contra de esta sinrazón. El hagstag de Twitter #StopToroDeLaVega fue trending topic el viernes, el Intermedio ha dedicado una parte de su programa al respecto, AnonymusSpain publicó un vídeo en su canal de Youtube y el domingo 500 activistas se reunieron en Tordesillas y Valladolid para recordar que el Toro de la Vega no sólo es inmoral sino también ilegal. Contamos con una cobertura aceptable por parte de los medios y ayer fueron muchos amigos y conocidos los que me preguntaron por el desarrollo del acto. A menudo se da a entender que hay cosas más importantes por las que quejarse: el paro, la crisis, las condiciones laborales... Es algo que me crispa de sobremanera. Esa gente que critica tan felizmente, no sabe que ya lo hago, que una lucha no quita la otra y que la mayoría estamos en las dos. Por eso quiero destacar una de las pancartas que más me gustó y con la que más me identifico: "Amigo tordesillano: si alguien quisiera lancearte a ti yo también estaría aquí para defenderte." (podéis ver la foto colgada por @Ana_Knulp, con todo el solazo que nos dio).
Igual que el otro día tocó receta de pretemporada, hoy vamosa por las frutas que se nos van ya mismo ¡menos mal que me quedaba alguno en el congelador!. Seguimos de bebidas, ahora más veraniegas, con cierto sabor a dolce far niente, fácil, dulce y rico. Como diría cierta pitufa "¡eres muy fresca!".
PD: Con un chorrito de vodka está muuuuy bueno y es éxito de crítica y público, pero hoy nos quedamos con la versión para niños.
Ingredientes:
1-2 melocotones maduros
150 ml de gaseosa (así queda un poco espeso)
1 cucharadita de zumo de lima
hielos (opcionales)
2 hojas de menta (opcionales)
Preparación:
Tritura los melocotones en la batidora con un poco de la gaseosa. Cuando quede un puré suave, lo ponemos en un vaso y añadimos el resto de líquidos. Mezclamos bien con una cucharilla o una sombrillita si nos sentimos muy veraniegos. Añadirle los hielos y la menta y tumbarnos en una hamaca.